El mecanizado por electroerosión consiste en la generación de un arco eléctrico entre una pieza metálica y un electrodo de grafito. Generalmente es utilizado para mecanizar materiales muy duros como el Titanio o para hacer formas muy complejas. Durante el proceso, se genera una chispa que calienta la superficie de la pieza hasta una temperatura en que volatiliza el metal logrando reproducir o "copiar" en la pieza las formas del electrodo. Durante este proceso, es necesario que la pieza se sumerja en un material dieléctrico, es decir, un material que no conduce la electricidad.

El agua destilada funciona perfectamente como material dieléctrico. Este material es necesario para mantener controlada la chispa generada durante el proceso de mecanizado, además que ayuda a regular la temperatura del metal y mantiene la pieza limpia.

Nunca debe utilizarse agua convencional, ya que el agua de la llave NO es un material dieléctrico, ya que contiene una gran cantidad de sales y minerales, y es capaz de conducir la electricidad y  producir un choque eléctrico.